El director de la oficina española de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), Joaquín Nieto, alerta de que el número de adolescentes entre 15 y 17 años empleados en actividades peligrosas ha aumentado a consecuencia de la crisis, habiéndose incrementado simultáneamente el número de accidentes laborales entre este colectivo a escala internacional.
La pobreza creciente de las familias lleva a los adolescentes entre 15 y 17 años, que legalmente pueden trabajar, a emplearse en sectores peligrosos, donde su actividad es ilícita, como el campo, las minas, la industria textil o el transporte de cargas pesadas.
Según la OIT, en el mundo existen unos 215 millones de niños explotados laboralmente, cifra que incluye tanto a los menores de 15 años -cuyo empleo está prohibido- como a los mayores de esta edad, dedicados “a las peores formas de trabajo”. Se estima que 9,5 millones de menores están inmersos en trabajos degradantes: prostitución, pornografía, trabajo esclavo, milicias (niños-soldado) o ‘correos de la droga’.