Desde 2012, fecha en que se inició el cambio de tendencia, se viene produciendo un aumento del número de accidentes de trabajo, con una tasa del 12,3% y una especial incidencia entre la población femenina.
Los sindicatos ven en la precarización de las condiciones de trabajo la causa del citado aumento, mientras que la patronal ve el elemento causal en el aumento de la actividad económica y del empleo. En el primer semestre de 2016, último del que se tienen datos, la tendencia se mantiene: se produjeron 276.069 accidentes, un 8,6% más que en el mismo periodo de 2015 (crecen un 8,5% los que se produjeron durante la jornada de trabajo y un 9,3% los producidos in itinere, en los desplazamientos entre el trabajo y el domicilio). La curva ascendente se da en todas las comunidades autónomas y en todos los sectores y, entre éstos, casi en buena parte de las ramas de actividad, afectando tanto en hombres como en mujeres, y en todos los niveles de gravedad. La aceleración económica no parece ser una causa fundamental de la siniestralidad. Existen otras causas estructurales, asociadas al marco productivo español, como el aumento de la temporalidad y de la contratación a tiempo parcial, el predominio de las pymes, la economía sumergida… Y otras causas de las que se habla menos.